sábado, 9 de septiembre de 2017

Evidentemente, la ocupación del espacio, de un lugar, no afecta sólo a la autoridad o a las bandas, como extremos de aquellos actores cuya  entidad está estrechamente ligada al concepto de propiedad, sino que afecta también a otros usuarios. En el caso de la conversación de áreas deportivas en terrenos grafiteros, es normal que surjan conflictos con sus usuarios ( patinadores, escaladores, jugadores de pelota, etc.). Así ha sido muy notable la confrontación entre jugadores y writers por pintarse frontones, pues la superficie coloreada dificulta la visibilidad de la pelota. Po su parte, en los rocódromos o los skateparks, la alteración de la adherencia de las superficies es la principal causa de litigio.
Aunque el escritor de graffiti guste de aposentarse  en aquellas superficies que son idóneas para su lucimiento, por lo general no es una persona que busque problemas que acaben entorpeciendo o truncando su quehacer. EN gran mediad, la concordia es un factor crucial para la supervivencia de las piezas y de la misma actividad. Así que, si se ve obligado a dejar su territorio lo dejará. Podrá resistirse, pero si tiene otras opciones, proseguirá por otro lado, porque el arte va con él y nadie puede  ponerle puertas al campo. ( una buena anécdota que refleja esta búsqueda de oportunidades de esparcimiento es la referida por  Blood Tea, en relación con la política de limpieza de la MTA. Este afirmaba que la limpieza d los exteriores de los vagones no hacia mas que provocar la intensificación del grafómetro en su interior, agudizando el problema. ya que lo que le irritaba al usuario en verdad eran los cumulo de firmas en la intimidad del vago y no la piezas coloridas del exterior ( castellana 2012:200). Por eso suele ojear y buscar un plan B, para no quedarse parado cuando su ecosistema colapse, se le quede pequeño o  esté ya muy visto.



El tagging señala el estar de paso, no el arraigo, y el muralista grafómetro señala un aposentamiento que puede devenir en arraigo, por la intervención de causas ajenas a la voluntad del escritor de graffiti o por sentirse un escritor de barrio. El escritor de graffiti se perfila por lo común como un nómada, porque aún no tiene su lugar en este modelo de sociedad y pertenece a esa fauna urbana caracterizada por un deambular errático y/o una condición  proscrita.


Grafiti y Civilizacion. F.Figueroa.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

INTERESADOS

CONTENIDO