lunes, 10 de junio de 2013

El escritor no se ve limitado a pintar un solo aspecto de la personalidad. Puede incluirlos todos. La suma se obtiene con la plenitud. Una selección de los rasgos más importantes se parece más a una trivial acumulación de anécdotas, que pueden semejar instantáneas tomadas por un fotógrafo no profesional cuando se cuentan sin interpretarse debidamente o fuera de contexto.
El elemento destructivo de la verdad queda neutralizado al explorar profundamente la motivación que te hace comprender un carácter más allá de las apariencias. Lo que se comprende no se juzga. EL psicoanálisis fue mi maestro inestimable en el estudio de la motivación y de la interpretación. La comprensión crea la compasión y suspende el juicio.
Hoy nos regimos por un código salvaje: que la vida de un hombre siempre ha de sacrificarse en beneficio de los demás, que una figura pública pertenece a la historia, que tenemos derecho a saberlo todo. Pero nunca nos detenemos a pensar que gran parte de esta curiosidad no tiene nada que ver con la historia ni con el progreso psicológico, que amenudo corren parejos con la curiosidad de los chismosos, y debemos trazar una linea de separación para indicar dónde el respeto por la vida humana es más importante que la satisfacción de quien busca el sensacionalismo.
Los escritores han dado ejemplo de una invasión despiadada en lugar de darnos una lección sobre las posibilidades creativas de los retratos íntimos, Esto se convierte en algo muy crucial en una época que esta repudiando los disfraces de la novela porque está viviendo a través de la televisión y las películas, más cerca de la actualidad y de la realidad de las personalidades.
Si nuestra época es notable por la enajenación de las personas es debido en gran parte a que nos tratamos mutuamente sin tacto ni sensibilidad, porque hemos perdido la fe en nuestros confidentes y no podemos esperar que nadie se encargue humanamente de la verdad. Los autores de diarios han dado ejemplos de francotiroteo, por no decir de claro asesinato. El respeto por la vulnerabilidad de los seres humanos es una parte necesaria del relato de la verdad, porque de una visión o de un trato insensible, no puede arrancarse ninguna verdad.

DIARIO VII ANAIS NIN


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